LA TARDE QUE NO QUISO ANOCHECER
La luz se conducía extraña hacia el ocaso
El cielo esperanzador abandonaba su espacio
tras un atardecer desmesurado,
donde un sol arrogante se había proclamado invicto
Y era gozo el fascinante espectáculo
el efímero celaje encaprichado
de intensos, insólitos azules
luciendo pujante y luminoso ante el asedio crepuscular
Desde mi ventana de ciudad, un teatro de sombras
El mar de los tejados se insinuaba en el horizonte
Los caóticos edificios petrificados se sabían festejados
por una estrepitosa fauna de antenas, chimeneas y trastos
Y el cielo inasible, cielo puro decembrino
Cielo frío, frío azul como alarido de metal
Mi llanto helado y un ejercito acosador, negras nubes
lanzas de combate en formación
La oscuridad se impuso rotunda, inapelable
El vano vuelto espejo y aquella mujer me contempló largamente
Hermosos, grandes sus ojos
iluminados de asombro, de ternura
Las primeras estrellas asomaron inquietas alborotando,
desvelando el firmamento.
it's been too long
feel the warmth
of the sun
on my face
tell my face
where I've been going wrong
This road goes on and on
Sunset coming on
Oh Lord
But the sunrise we'll see
But the sunrise we'll see again
Sunset coming on
Oh Lord
But the sunrise we'll see
But the sunrise we'll see again
La mujer en el espejo, la mujer con luz propia que genera su propio cuarto, que palpita abriendo brechas de luz en la oscuridad más gélida... dulces sueños Esmeralda
ResponderEliminar