Fragmento, Canto XIII
INFIERNO
DIVINA COMEDIA
Dante Alighieri
Y el buen Maestro: «Antes de adentrarte,
sabrás que este recinto es el segundo
‑me comenzó a decir‑ y estarás hasta 18
que puedas ver el horrible arenal;
mas mira atentamente; así verás
cosas que si te digo no creerías.» 21
Yo escuchaba por todas partes ayes,
y no vela a nadie que los diese, 23[L140]
por lo que me detuve muy asustado. 24
Yo creí que él creyó que yo creía
que tanta voz salía del follaje,
de gente que a nosotros se ocultaba. 27[L141]
Y por ello me dijo: «Si tronchases
cualquier manojo de una de estas plantas,
tus pensamientos también romperías.» 30
Entonces extendí un poco la mano,
y corté una ramita a un gran endrino;
y su tronco gritó: «¿Por qué me hieres? 33
Y haciéndose después de sangre oscuro
volvió a decir: «Por qué así me desgarras?
¿es que no tienes compasión alguna? 36
Hombres fuimos, y ahora matorrales;
más piadosa debiera ser tu mano,
aunque fuéramos almas de serpientes.» 39
Como. una astilla verde que encendida
por un lado, gotea por el otro,
y chirría el vapor que sale de ella, 42
así del roto esqueje salen juntas
sangre y palabras: y dejé la rama
caer y me quedé como quien teme. 45
«Si él hubiese creído de antemano
‑le respondió mi sabio‑, ánima herida,
aquello que en mis rimas ha leído, 48[L142]
no hubiera puesto sobre ti la mano:
mas me ha llevado la increible cosa
a inducirle a hacer algo que me pesa: 51
mas dile quién has sido, y de este modo
algún aumento renueve tu fama
allí en el mundo, al que volver él puede.» 54
Y el tronco: «Son tan dulces tus lisonjas
que no puedo callar; y no os moleste
si en hablaros un poco me entretengo: 57
Yo soy aquel que tuvo las dos llaves 58[L143]
que el corazón de Federico abrían
y cerraban, de forma tan suave, 60
que a casi todos les negó el secreto;
tanta fidelidad puse en servirle
que mis noches y días perdí en ello. 63
La meretriz que jamás del palacio 64[L144]
del César quita la mirada impúdica,
muerte común y vicio de las cortes, 66
encendió a todos en mi contra; y tanto
encendieron a Augusto esos incendios
que el gozo y el honor trocóse en lutos; 69
mi ánimo, al sentirse despreciado,
creyendo con morir huir del desprecio,
culpable me hizo contra mí inocente. 72
Por las raras raíces de este leño,
os juro que jamás rompí la fe
a mi señor, que fue de honor tan digno. 75
Y si uno de los dos regresa al mundo,
rehabilite el recuerdo que se duele
aún de ese golpe que asesta la envidia.»
the wood of the self-murderers
william blake
dante y virgilio ante pietro della vigna
gustave doré
“Io sentia d’ogni
parte trarre guai, /
e non vedea persona che ’l facesse; /
perch’io tutto
smarrito m’arrestai” (Inf. XIII, 22-24)
“Cred’io ch’ei credette ch’io credesse /
che tante voci uscisser tra quei bronchi /
da gente che per noi si nascondesse” (25- 27)
“Perché mi schiante?” ... /
“Perché mi scerpi? /
non hai tu spirto di pietà alcuno? /
Uomini fummo, e or siam fatti sterpi: /
ben dovrebb’esser la tua man più pia /
se state fossimo le anime di serpi”
(33-39).
“Io son colui che tenni ambo le chiavi /
del cor di Federico”: 58-59
“e che le [chiavi] volsi /
serrando e diserrando, sì soavi, /
che dal segreto suo quasi ogn’uom tolsi” (59-61).
“L’animo mio, per
disdegnoso gusto, /
credendo col morir fuggir disdegno,/
ingiusto fece
me contra me giusto” (70-72).
“e se di voi alcun nel mondo riede, conforti la memoria mia, che giace /
ancor del colpo che ’nvidia le diede” (76-78)
Pier della Vigna tra Dante narratore e Dante personaggio nel Canto XIII dell’Inferno.
MARIA MASLANKA-SORO
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