raico rosenberg
El templo y sus caminos/ María Zambrano
Unas tinieblas que prometen y a veces amenazan abrirse. Y es difícil creer que quien recorre tal camino no se vea acometido por el tempor y un temblor casi paralizantes. Es la luz de un viaje más bien extrahumano, que el hombre emprendía asomándose al lado dé allá, a ese lado al cual se supuso, cada vez con mayor ligereza, que sólo se asoman los místicos. Es la luz que se vislumbra y la luz que acecha, la luz que hiere. La luz que acecha en la inmensidad de un horizonte donde perderse parece inevitable, y que hiere con un rayo que despierta más allá de lo sostenible, llamando a la completa vigilia, ésa donde la mente se incendiaría toda.
NieblaS LAS DE Erice ayer, manana en el Etna veremos si ardemos y nos incendiamos con el amor de los templos de Agrigento y Selinunte.
ResponderEliminarBona sera ragazza te echamos de menos.
besos E y B dos dIOSAS DEL TEMPLO DE ERA.
Besos y mucha lux
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