El Lugar de las Flores
Son las flores que
hemos perdido
las que
distorsionan el horizonte de los anhelos.
Pensábamos que sin
ellas no habría porvenir.
Eran el aroma verdidulce del aire que tanteaba lo
intocable
disipaban la
inquietud, desnudaban el alma...
Liberada la
inocencia, persistía el fulgor de la alegría.
Mas en esta anómala
existencia de los días extraños
la brisa arde, se
dilata y se delata hostigando
y la condena
infatigable es la pena ancha y oscura, casi infinita.
Son otras las
flores que florecen en la ribera de los ríos recientes.
Desconocidas
especies exhalan alivio, enloquecen los sentidos;
son vientos de
tierras mezcladas que todavía aúllan.
Millones, miles de
inocentes
siembran babas y
ofrendas con la piel mudada en algas.
Ondas de mar
profundo, caricia urgente, desordenada, incongruente.
La Carne como el
Verbo en un principio.
La Carne mudada en
dulzura, carne intuitiva.
La magia de las
flores persevera imbatible ante la necedad.
Kova d Onga
Kova d Onga
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