Sólo los espíritus serenos descansan en la prudencia
La prudencia está al abrigo de cualquier menoscabo;
el tiempo ni la destruye,
ni la debilita.
Los siglos se le someten al sabio como a un dios,
y él se apodera del pasado por medio del recuerdo;
sabe consumir el presente,
y goza con anterioridad del porvenir.
Todos los tiempos,
reunidos en uno solo,
prolongan eternamente su vida.
DE LA BREVEDAD DE LA VIDA. SENECA
Me apetece Pompeya...
ResponderEliminarY a mi; es cosa de darse un paseín...
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