La humanidad significa consideración por la existencia y por la felicidad de cada uno de los seres humanos. A, Schweitzer
Humanity means consideration for the existence and the happiness of each human being.
lunes, 23 de enero de 2017
ENTONANDO EL CANTO DE MNEMÓSINE
Recuperar la memoria, esclarecer... Disipar la tóxica amnesia que nos limita, despejar el camino. Adentrarse en el laberinto y gozar de esa extraña brisa que va meciendo la llegada del saber, del conocimiento... Así comparece Mnemósine, presta a despachar los asuntos pendientes.
Ha llegado el tiempo... Mnemósine, propicia la indagación de la memoria colectiva a través de las mujeres, sacudiendo los cimientos del olvido, desvela la oculta y amarga ingratitud, el desencanto.
Esta reacción es un movimiento lento y prudente, una cadencia constante, inexorable, ineludible, generosa y justa.
Nuestro amorfo, roto y desahuciado país, es un ejemplo más de la codicia y del envilecimiento, de la escandalosa vacuidad que nos asola. Pero también, y eso Mnemósine lo ha tenido en cuenta, esta tierra que nos guarda, fue y debe ser fuente de esperanza y libertad para el entendimiento y la unidad de los pueblos. Y estas, no son vanas palabras.
Volver a destapar la caja de Pandora, en España, y dejar que su recóndita esencia se derrame y fluya, será una gran hazaña...
Esta tierra, tiene nombre propio mestizo, una singularidad que ha de ser comprendida, primero, por los propios españoles, como así debería haber sucedido, en el preludio de aquellas constantes e inadvertidas señales de alarma y ya durante la cruenta guerra civil de 1936, también, por el resto del mundo.
Aquel tiempo tan terriblemente oscuro desató la bestialidad y asoló todos los rincones de nuestra tierra. España, para su desgracia, se consolidó como faro de amargura y abatimiento. En sólo dos años, ocho meses y quince días, el estupor y el miedo, como fuego devastador, propagó el dolor de la pérdida allende las fronteras. Sobrevino el gran daño de lo intrínseco, la esencia de lo humano se degradó.
Pero antes, antes de aquel naufragio con sus pérdidas irreparables, España habitó un singular espacio-temporal de fulgor y poesía. El canto emergía de sus entrañas para divulgar su esencia esperanzadora, con todo el poder de la razón y el candor que la estremecía.
Emanaba el aliento de los creadores, su radiante voz no paraba, se derramaba con la frescura de lo cierto, con la alegría del fruto espléndido y generoso. Con el ansia de cultivar el conocimiento, se recreaba experimentando e inventando, apasionada en su crecimiento de un modo natural.
Las miradas de medio mundo gravitaban sobre nosotros.
El ingenio español ponderaba la alegría, incluso en el dolor, porque paría con la emoción de la sabiduría. El pueblo sentía y practicaba sin descanso el enamoramiento de la vida, convencidos hasta el último instante de que el oscurantísmo, en aquella ocasión, No Pasaría.
Más el poder codicioso - los amos - cuarteado de vileza, endurecido y apoltronado en la ciénaga del miedo y la mendacidad, empachado de ignorancia y recelo se alteró. Rabioso, atajó con saña el florecimiento de la cultura, la belleza, el amor, la armonía del vivir.
Entonces pasaron los años desnutridos por el malvivir. Y luego, taimadamente implacable, tabula rasa. Mientras, los caminantes, pérdida la consciencia, continuaron desorientados...
Sí, Mnemósine, nuestra estirpe no beberá más de las fuentes de Leteo. Las mujeres españolas de hoy y aquellas otras mujeres olvidadas, que siempre nos acompañan con su aullido interminable, han decidido reposar en la orilla de tu lecho y saciarse de memoria para completar nuestra historia y emprender el camino de la dignidad.
Custodiamos la caja durante tiempo inmemorial, nuestra alhajera de Pandora, valiosa y necesaria para sanar, recuperar, celebrar y engalanar la esencia de lo humano.
Queda el regalo más valioso en su interior, el poder oculto y olvidado,
LA ESPERANZA. Son cosas de mujeres, mujeres firmes, tenaces, muy altas!
Las españolas y las otras mujeres que se han levantado como ola tremenda a lo largo y ancho de La Tierra, están cambiando, transformándose, se vuelven una. Una gran hembra salvaje, lamiéndose meticulosamente las heridas.
Por necesidad y coherencia la mujer ha ido explorando la esencia de su ser completo. Ha comprendido con esfuerzo y lucidez, que el equilibrio y la madurez se fundamentan en una labor de armonización y empoderamiento de su propia esencia.
Durante nuestra guerra civil, la mujer, hubo de conciliar macho y hembra de inexpugnable naturaleza. Por necesidad, para sobrevivir. Se quedaron solas, desamparadas y de ese modo afloró su íntimo y legítimo ser, la mujer salvaje. Salieron adelante con inteligencia y voluntad.
Luego, las silenciaron, las castigaron y las amedrentaron.
Y así sucedió el gran daño, urbi et orbi.
Por el laberinto de La Memoria, desorientada, va la voz de las bisabuelas, abuelas y madres... Hermanas, compañeras de una gran estirpe de mujeres.
El eco de los tiempos perdidos recobra el canto de esa voz ronca y arruinada. Ya comienza a oírse, cadenciosamente, despacio y sin parar. Eran y son multitud hambrienta.
Generaciones de españolas sofocadas por la guerra, condenadas al olvido, silenciadas y aturdidas. Caminando entre ellas van las mujeres de hoy que siempre las han acompañado en el recuerdo del olvido.
Van todas ahora con la misma voz, una sola voz reconociéndose y recorriendo juntas los gestos, los recuerdos y aquel silencio petrificado.
La generación del asombro son las biznietas, nietas e hijas de aquellas que vivieron de rodillas, asustadas y sometidas. Con peineta o sin ella. Con el crucifijo enredado en las manos y el moño estricto clavado en la nuca o blandiendo el puño con el corazón abierto de par en par y la melena al viento. Las que vieron morir a los hijos, a las hijas de sus entrañas. Las que bebieron las fuentes de los milagros y de la vida entera por sus amores, sus compañeros del alma, compañeros...
Y en este caldo de cultivo la semilla generacional va creando sus espléndidas olas conformando un mar de la memoria que deja en el arenal de sus vidas la fragante huella del libre albedrío, de la voluntad de vivir con dignidad y coherencia.
Así lo justo, el derecho y el deber de saber, el esclarecimiento que Mnemósine procura.
El encuentro, la danza ritual, el cántico. La voz perdida de las mujeres, el canto denostado de la sirena que reclamaba alas para brillar...
Mnemósine y sus hijas Las Musas han vuelto para quedarse.
Salud! Calíope, Clío, Erato, Euterpe, Melpómene, Polimnia, Talía, Terpsícore y Urania. Bienvenidas!
Es el tiempo de la sabiduría y de la justicia de las mujeres y de los hombres que las acompañan.
Kova d Onga
domingo, 22 de enero de 2017
Nana - cantarcillo
Ya no me cabe en el alma
ya no me cabe en el alma
Pequeño robin travieso
ay! si te sigo en la danza
Ya no me cabe en el alma
ya no me cabe en el alma
Vuela raitán a la copa
y dime de... En lontananza
Petirrojo despierto,
tú puedes ver lo que alcanza
Ya no me cabe en el alma
ya no me cabe en el alma
Esa sonrisa en tu pecho...
Anida allí mi esperanza
Ya no me cabe en el alma
ya no me cabe en el alma
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